Seguramente has escuchado alguna vez la frase “quemarse las pestañas”, ya sea porque ha hecho una actividad que requiere mucha concentración o porque simplemente se agotó su energía después de una jornada de trabajo o estudio.
De esa misma manera que nuestras actividades nos causan ese efecto, también pueden “quemarnos” la alegría, el ánimo y hasta la salud, hablemos del burnout.

El síndrome burnout, esta palabra proviene del idioma inglés y su traducción literal sería “quemado hasta el final”. Este término lo acuñó el psicoanalista Herbert Freudenberger en 1974, después de observar el comportamiento de voluntarios que al cabo de un año trabajando, mostraban signos de ansiedad y desmotivación hasta llegar al agotamiento.
¿Qué lo origina?
La principal característica de este síndrome es que se causa a partir del estrés laboral. Por supuesto, el estrés no es el único síntoma, se presentan otros como sensación de fracaso, de estancamiento e incluso se puede llegar a una tristeza grave que dé paso a otros padecimientos como la depresión.
¿A quiénes puede afectar?
Algunos consideran que se es más propenso a padecer de burnout si se trabaja en contacto directo dando servicio a otras personas, como es el caso de la medicina o la enseñanza, aunque no es exclusivo de estas profesiones.
Además, se puede presentar en cualquier etapa de la vida y en cualquier trabajo ya que a veces solemos enfocarnos en lo que nos desempeñamos y dejamos de lado nuestro cuidado personal.
Incluso, cada vez es más común que se den casos en estudiantes que además de asistir a clases también tengan actividad laboral. Esto genera doble preocupación y por lo tanto más estrés, ya que en ambos ambientes se lidia con responsabilidades y se requiere de concentración y esfuerzo.

¿Cómo lo identificamos?
Además de sentirnos agotados, desmotivados o distantes en nuestro trabajo y la vida en general, existen herramientas para identificar con mayor fiabilidad si estamos padeciendo de burnout o no. La primera es la Escala de Maslach, es la más usada al querer diagnosticar este padecimiento, aunque debe ser realizada por un profesional. Otra opción es el Inventario de Burnout de Copenhague, ésta se encuentra disponible al público y se puede realizar por cuenta propia.

Extracto del inventario de burnout de Copenhague
Si crees estar experimentando este síndrome acude con el titular de tu licenciatura, él o ella sabrán ponerte en contacto con un profesional.